Lo mejor de la serie es que es, por supuesto, muy divertida, pero tambien es sorprendentemente tierna sin llegar a ser empalagosa. La clase de serie con la que todos pueden pasar un buen rato.Por supuesto, la serie tiene sus cliches, que aunque no es muy bueno caer en ellos, siempre funcionan en la comedia. El personaje de Cameron sin duda, cumple todos los cliches gays, pero resulta simpatico con sus aries de diva, y es un buen complemento para la habitual seriedad de su pareja, Mitchell, mucho mas comedido en ese sentido.En general, la serie os la recomiendo porque a mi me ha hecho pasar muy buenos ratos, y es apropiada para todos. Humor sencillo, nada de tramas complicadas que hagan que te pierdas si no has visto algun capitulo, y ternura sin pegajosidad excesivamente dulzona.
100% recomendada.